Por Pascual Varas. Entrevista a Cecilia Benavides .
A diario los árboles del mundo cumplen funciones imprescindibles como la purificación del aire y la producción de alimentos. Son el hábitat de muchas especies animales y ayudan a detener la erosión. Sin embargo, cada año en nuestro planeta destruimos 10 millones de hectáreas de bosques según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Así como hay árboles que forman los bosques, hay otros tantos que son parte de los ecosistemas urbanos y brindan servicios fundamentales para el bienestar de las poblaciones de las ciudades, como reducir la temperatura ambiental, proporcionar sombra y mitigar la contaminación atmosférica, acústica e incluso olfativa.
Es por esto que los árboles urbanos son relevantes, sobre todo si consideramos que en el mundo el 55% de la población humana vive en las ciudades y se espera que para 2050 esta cifra se eleve al 68%, según datos y proyecciones de la ONU. Realidad que en nuestro país se traduce en que actualmente el 87% de la población habita en zonas urbanas, de acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Infraestructura verde
Los árboles, áreas verdes y zonas con vegetación al interior de las ciudades son “más que un ornamento, son vida. Son parte del ecosistema que tenemos, de la diversidad de la ciudad, hace sana a las ciudades”, dijo Cecilia Benavides integrante y fundadora de Red Árbol Urbano (RAU), plataforma que agrupa a diversas organizaciones ciudadanas que buscan visibilizar la situación actual del arbolado urbano.
Desde RAU plantean que es necesario tener árboles en buen estado y de calidad en las ciudades, ya que estos completan la infraestructura de salud pública, son una infraestructura viva. Sin embargo, el manejo del arbolado urbano aún se basa casi exclusivamente en la plantación y poda.Sin planificación y con una incorrecta elección de especies para arborizar debido a la falta de formación técnica de los departamentos de aseo y ornato de las distintas municipalidades.
En el mundo se ha desarrollado todo un campo de estudio y trabajo con respecto a la infraestructura verde. Las y los arboricultores, son cada vez más, sin embargo, “Chile está quedando fuera de procesos y conversaciones importantes en esta materia. Nosotros tenemos propuestas concretas a disposición de la gente y de los municipios”, dijo Benavides.
En efecto, en 2018 RAU entregó una propuesta de ley sobre el arbolado urbano al ministerio de Medio Ambiente, que se puede descargar de su sitio web y desarrollaron un modelo de ordenanza municipal sobre el mismo tema. A su vez, crearon un catálogo de especies para arborizar la ciudad en el que se pueden consultar características como dimensiones, cuidados y requerimientos de distintos árboles.
Ecosistema nativo y social
Fundación El Árbol ha realizado diversos trabajos de reforestación y restauración de ecosistemas en zonas periurbanas y rurales en la región del Biobío, con un fuerte componente social y educativo, “nos preocupa y nos interesa forjar el vínculo de la comunidad- y entre la comunidad- con el ecosistema que se está restaurando”, dijo Daniela Concha, directora ejecutiva de la fundación.
Reforestación en comuna de Florida, Concepción. Foto de fundación El Árbol.
Así, en 2016 realizaron el proyecto de reforestación nativa del Cerro La U en Talcahuano y con posterioridad participaron del proyecto de restauración ecológica del Cerro Cayumanque, reforestando y enseñando a la comunidad técnicas de restauración, como la instalación de perchas para aves y la recolección de semillas para la viverización.
“Hay que aprender sobre los requerimientos de las distintas especies antes de plantar. A la gente le gusta mucho plantar por plantar y de repente plantan especies que no son apropiadas para el lugar”, dijo Concha con respecto a la importancia de conocer bien las condiciones microclimáticas de plazas, calles o jardines para plantar un árbol.
Algunas acciones para aprender más sobre los árboles y generar un impacto positivo con su plantación parten con la observación de estos en nuestro alrededor, “es lo primero que se puede hacer y es algo súper enriquecedor, sobre todo observar en distintos días, en distintas condiciones”, mencionó Concha.
Reforestación en comuna de Florida, Concepción. Foto de fundación El Árbol.
Luego, si se está dispuesto a un mayor compromiso, se pueden sembrar semillas de árboles nativos en casa o comprarlos en viveros cercanos, ya que están mejor adaptados a las distintas condiciones medioambientales locales. Sin embargo, a pesar de ser nativos Benavides mencionó que “en las ciudades todos los árboles son exóticos porque no están adaptados a las condiciones propias de la ciudad”, razón para estudiar previamente las características de la especie que queremos plantar o sembrar, sea nativa o exótica.
Finalmente, la invitación es a observar-sobre todo en este tiempo de cuarentena-, conocer y educarnos sobre los árboles. Cuidarlos como seres los vivos fundamentales que son para nuestro bienestar, sobre todo en la ciudad, ya que nos permiten disfrutar de un ambiente un poco más sano.